Si piensa en la Guerra Fría, seguro que le viene a la mente la vecina de Potsdam: Berlín. Teniendo en cuenta que Berlín Oriental fue la capital de la Alemania del Este y Berlín Occidental un enclave de las zonas de ocupación occidentales rodeado por el Muro de Berlín, no cabe duda de que Berlín fue el punto caliente de la Guerra Fría. Dos sistemas políticos enfrentados durante décadas.

¿Pero cuál fue el origen de esas zonas? ¿Quién decidió dividir Berlín, Alemania y, con ello, todo un continente? La respuesta se remonta a la Conferencia de Potsdam de 1945.                                                            

En el Palacio Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), los países aliados Unión Soviética, Reino Unido y los Estados Unidos acordaron dividir Alemania como zona de reparación. Esta decisión se considera la base de la división de Alemania y Europa, y con ella surgió la Guerra Fría.

La ciudad prohibida

Pero ese no es el único rastro de la Guerra Fría en Potsdam. La ciudad también albergaba el cuartel general en Alemania de la defensa de espionaje militar soviético, que estaba situado en la zona residencial entre la colina de Pfingstberg y el Jardín Nuevo (Neuer Garten). Durante décadas, en esta zona, constituida en su mayor parte por mansiones nobles, solo podían entrar operarios del servicio eléctrico, deshollinadores y, por supuesto, agentes secretos. El contacto entre el personal militar soviético y los civiles de Potsdam fue escaso.

De casa parroquial a cárcel del KGB

Justo en el centro de la llamada «ciudad prohibida» había una prisión preventiva central del servicio de contrainteligencia militar soviético, alojada en una antigua casa parroquial. Hoy en día, el monumento conmemorativo (Gedenk- und Begegnungsstätte Leistikowstrasse Potsdam) ofrece una visión profunda de las condiciones del pasado. Numerosas inscripciones en las paredes de las celdas reflejan de forma impactante la privación de derechos y el aislamiento de los prisioneros. La exposición permanente muestra la historia del edificio y relata el destino de los prisioneros, que pone los pelos de punta.

Historias de espías para un éxito de taquilla de Hollywood

Al otro lado del Jardín Nuevo (Neuer Garten), el Puente Glienicke (Glienicker Brücke) era la conexión con Berlín Occidental. La ubicación del puente lo convertía en el lugar perfecto para que los servicios secretos intercambiaran los espías capturados. Si quiere saber más sobre Potsdam en los años de la Guerra Fría y sobre el Puente Glienicke, le recomendamos la película El puente de los espías, con Tom Hanks, que cuenta la historia del primer intercambio de agentes que tuvo lugar aquí entre la Unión Soviética y los Estados Unidos en 1962.